El buen resultado en los procedimientos de cirugía estética en general pasa por tres consideraciones: que la remodelación quirúrgica del área corporal se perciba como bella, que enaltezca la auto imagen y brinde un equilibrio físico/psicológico; que preserve la función sin limitaciones ni secuelas y que las cicatrices sean imperceptibles.
En las mamoplastias de aumento, de reducción o de elevación del seno, el cirujano debe tener conocimiento de todas las técnicas quirúrgicas, capacidad para escoger el implante y un planeamiento personalizado del procedimiento, para brindar a las pacientes un gran porcentaje de seguridad en el resultado.
El otro porcentaje (menor) da como resultado una variabilidad en la cicatrización. Una cicatriz imperceptible se obtiene por la aplicación correcta de la técnica en primer lugar, los cuidados postoperatorios indicados por el cirujano y características genéticas individuales.
Planear la vía de abordaje es fundamental para evitar cicatrices anchas, hipertróficas o secuelas funcionales.
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