La cicatrización de las heridas, independientemente de la especialidad, es un componente básico y fundamental para el éxito de cualquier esfuerzo quirúrgico. Aunque en ocasiones es un enigma capaz de intimidar a cualquier cirujano, esa misma característica enigmática es la que continúa interesando al cirujano estético para seguir investigando todas sus fases y la adversidad y alteraciones patológicas o de mal cuidado de la cicatrización de las heridas que solo sirven para estimular más nuestro propio interés personal por hallar soluciones y mejorar nuestros resultados.
En la cirugía estética además de modificar e innovar las técnicas quirúrgicas tradicionales, estamos empeñados en unir la investigación científica de la Medicina Regenerativa para lograr resultados más naturales, estéticamente adecuados y sin secuelas.

La bioingeniería, la investigación sobre las Células Madres, la aplicación de Factores de Crecimiento y de Estimación Tisular u otras terapias innovadoras limitadas solamente por nuestra imaginación pueden modificar y borrar la frontera entre reparadora y estética para siempre.
El resultado final del esfuerzo quirúrgico, la cicatriz de aspecto imperceptible y plana se logra básicamente por tres aspectos:
- La genética de cada paciente, es decir, la forma natural de cicatrización inherente a cada persona.
- La técnica quirúrgica utilizada, la habilidad quirúrgica, la nobleza del trato a los tejidos por parte del cirujano y el uso de instrumental especializado.
- Los cuidados en el postoperatorio que usualmente incluyen reposo en casa, evitar esfuerzos físicos, alimentación que incluya aporte proteico, minerales y vitaminas, y las indicaciones particulares para cada caso dadas por el cirujano.